En el post anterior se mencionaron algunos ejemplos de cómo se da esta interacción entre la mente y nuestro cuerpo, es por ello que necesitamos alternativas para manejar nuestro estrés cotidiano, he aquí algunas recomendaciones que pueden contrarrestar a este enemigo:

  • Hacer deporte frecuentemente eleva los niveles de endorfinas, sustancias naturales que son producidas por nuestro cerebro y que nos ayudan a relajarnos y a mantenernos en equilibrio.
  • Una buena alimentación nos ayuda a obtener nutrientes esenciales para nuestro equilibrio como vitaminas que sirven de antioxidantes, evitan el desgaste natural del cuerpo y fortalecen nuestro sistema inmunológico.
  • Realizar actividades como la lectura mantiene ocupado a nuestro cerebro distendiendo el estrés y ocupando a nuestra mente en cosas creativas, de esta manera nos preocupamos por cosas que nos hacen desarrollarnos y no que nos ayuden a caer.
  • Muchos de los pensamientos cotidianos que tenemos no son cosas que tienen que sucedernos, muchas de las preocupaciones que tenemos no son reales y son miedos irracionales. Identifique esos pensamientos y trate de modificarlos a su favor, por ejemplo, “todo me sale mal” cámbielo por “hay cosas que tengo bajo mi control y puedo mejorarlas”.
  • Las actividades recreativas nos ayudan a tener la capacidad de canalizar nuestras preocupaciones diarias en elementos que permiten crecer y no darle vueltas a un asunto sin sentido.

Si seguimos estas recomendaciones y realizamos la tarea de comprender nuestros sentimientos acerca de las cosas que nos preocupan cotidianamente podremos lidiar con ese estrés cotidiano y evitar que se convierta en nuestro enemigo diario. Recuerde que el estrés es un elemento natural para cualquier persona, pero si se sale fuera de nuestro control nos puede hacer sufrir de formas insospechadas.

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