Antes de tratar de llegar a una definición acerca de lo que es el bullying o acoso escolar se debe considerar que no hay un consenso claro en lo que significa e implica, lo cual ya es un problema. El término bullying proviene de una palabra inglesa y es el equivalente de acoso escolar. Se refiere a cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado.

Además, el término bullying considera conductas como el acoso, maltrato, hostigamiento e intimidación entre estudiantes, y se define como un comportamiento de persecución física o psicológica que realiza el alumno o la alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden escapar por sus propios medios.

Se debe tomar en cuenta que el bullying no es ocasional, ni se debe confundir con las reacciones espontáneas y aisladas ante un conflicto entre compañeros o las burlas y juegos físicos rudos, sino que es como una secuencia, en el que se asumen roles establecidos. Entre las características importantes de resaltar sobre el acoso escolar se encuentran:

  • Son acciones agresivas e intencionalmente dañinas;
  • Se producen en forma repetida;
  • Hay una relación de desequilibrio de poder;
  • Se genera sin una provocación de la víctima;
  • Hay daño emocional en la víctima.

Se pueden considerar diferentes tipos de maltrato por causa del acoso escolar y en algunas ocasiones son varios los que se presentan:

Violencia Física: Son aquellas acciones que buscan dañar la integridad física de una persona, por ejemplo: golpes, empujones, patadas, puñetazos, pellizcos, poner el pie para que una persona caiga, dar un golpe en la cabeza, escupir o agredir con objetos. Además, este tipo de violencia puede ejercerse sobre el material o propiedades de la otra persona, por ejemplo dañándole sus libros, su uniforme y demás objetos. Este tipo de violencia es más frecuente en varones, sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento en su frecuencia en mujeres. Por la cultura mexicana, estas conductas se ejercen en forma cotidiana e incluso delante de los maestros u otro personal de las escuelas. Una de las características es que una vez que inician las agresiones físicas aumentan en su frecuencia e intensidad con el tiempo, lo que produce riesgos físicos importantes en quienes las reciben.

Violencia Verbal: Se consideradas así a todas aquellas acciones violentas a través de insultos por medio de lenguaje verbal o simbólico como el uso de apodos descalificativos o el empleo de palabras con el fin de humillar, desvaluar en público o privado, o para resaltar un defecto físico. También puede hacer uso de bromas y burlas incluyendo el uso de ruidos para devaluar la dignidad de la persona.

Violencia Psicológica: Son las acciones destinadas a dañar la autoestima del individuo y reforzar su sensación de miedo e inseguridad a causa de este maltrato. Este componente también se presenta en todas las otras formas de maltrato. Se puede identificar cuando un compañera aísla a otra, lo ignora por ejemplo “jugando” a que no existe o haciendo correr rumores sobre la persona con el fin de dañar su dignidad por discriminación o su exclusión. <h3><em>Ciberbullying</em></h3> Se refiere al uso de medios electrónicos con el fin de ejercer este tipo de violencia. Pueden usarse teléfonos celulares, internet u otros medios computacionales. El mal uso de estas nuevas tecnologías de información y comunicación, que actualmente niños y jóvenes dominan como expertos con respecto a los adultos, permiten nuevas expresiones de violencia amparadas en el anonimato, además de ofrecer la posibilidad de lastimar a otro en forma masiva. Ello implica que una persona puede molestar a otro subiendo información o imágenes a algún tipo de plataforma compartida socialmente con el fin de denigrar a una persona, o por ejemplo, enviando mensajes amenazantes o injuriosos.

Violencia Sexual: Este tipo de violencia se puede ejercer desde edades muy tempranas. Derivado de la división que existe en nuestra cultura entre los géneros, es frecuente que los niños en un rol machista ejerzan comentarios de índole sexual hacia niñas, o a través del uso de imágenes denigrantes o con burlas hacia sus características sexuales secundarias, o también haciendo correr rumores acerca de su sexualidad. También esta violencia se puede hacer entre niños y jóvenes del mismo género. Este tipo de violencia entre niños varones y por parte de las mujeres hacia los niños, hoy en día aparece también cuando se cuestiona la virilidad u hombría de algún compañero, calificándolo de homosexual si no demuestra ser lo suficientemente “macho”. Esta violencia está ligada a las creencias culturales.

El Bullying es un fenómeno multicausal y variado en su origen, por lo que se debe estudiar multidimensionalmente:

Personal: Se debe considerar que una persona que acosa asume un rol de superioridad inequitativa, desproporcionada e irracional. Se trata de una cuestión de fuerza, ya sea porque el acosado es un sujeto con poca asertividad, es decir, con muy poca capacidad de rechazo a las agresiones, por inmadurez, por timidez u otras razones; mientras que el agresor quiere sentir que tiene poder sobre la víctima.

Familiar: Si bien es uno de los factores más estudiados, son múltiples las dimensiones de este problema. Puede considerarse que la ausencia de la autoridad de un padre o la presencia de un padre violento está en el origen del comportamiento agresivo de los niños cuando son adolescentes o jóvenes. Por otro lado, cuando no existe una figura de autoridad es más probable que los jóvenes exageren su pretendida masculinidad con actos de machismo. También afectan otros factores familiares que influyen son la organización del hogar, el reparto de roles entre los familiares, la situación socioeconómica de la familia, las tensiones matrimoniales, entre otros. También pueden influir en las conductas o comportamientos violentos:

  • Vivir en un ambiente con familia disfuncional.
  • Acciones incongruentes en el rol de los padres.
  • Castigos físicos y/o emocionales exagerados o inapropiados.
  • Ambiente con alcoholismo y drogadicción.
  • Violencia intrafamiliar.

Educativo: También se debe considerar que la violencia en las estructuras de muchas instituciones educativa donde las decisiones son verticales o se genera un maltrato a los alumnos sin respeto a su dignidad. Otras circunstancias aparentemente poco influyentes también pueden favorecer el bullying como el tamaño del colegio: cuanto más grande es el centro escolar más riesgo hay menos control físico, por ejemplo. El bullying puede darse en cualquier tipo de colegio, público o privado. Otros factores que pueden influir en el campo educativo son:

  • El personal de la escuela mantiene poca o nula comunicación, en lo relacionado a la disciplina y convivencia de los alumnos.
  • Límites poco definidos para las distintas faltas que puedan cometer los alumnos, acompañados de un desconocimiento de estos por parte de los alumnos y padres de familia.
  • La indiferencia o apatía que los profesores puedan mostrar ante el problema de la violencia.

Medios de comunicación: Tienen un gran impacto en niños y adolescentes, y al incluir temáticas violentas en sus contenidos, acciones como el bullying se difunden en gran manera y pueden volverse rutinarias. El actuar de los medios es clave para informar de manera precisa las afectaciones de esta problemática, además de difundir las acciones que el estado desarrolla para erradicar el acoso escolar.

Actualmente todos los actos de violencia han aumentado y lo más preocupante es que se consideren como algo normal y natural, e incluso nos volvamos insensibles ante su presencia, en todos los ámbitos. La familia, la comunidad educativa y la sociedad en conjunto deben emprender acciones puntuales y multidisciplinarias a fin de desarrollas especialmente en los niños y adolescentes. Por ejemplo, favorecer los comportamientos asertivos como la resolución pacífica de conflictos, la cooperación, la empatía, la asertividad y el manejo de emociones, teniendo como objetivo erradicar las prácticas de Bullying y construir una sociedad en donde se privilegie la justicia y la armonía.

La manifestación del bullying suele ser el reflejo de la violencia y discriminación que se vive en los hogares, por lo que es necesario promover entre las familias valores como la igualdad, la tolerancia, la solidaridad y la paz. Es urgente poner en práctica actividades que favorezcan el diálogo y la confianza entre padres e hijos con el fin de detectar situaciones que pongan en riesgo la integridad de los menores. Inculcar a la niñez y la juventud el respeto por sí mismos y sus semejantes disminuirá los casos de agresión que en ocasiones se registran en las redes sociales, donde se llegan a transmitir mensajes y fotografías que lastiman su dignidad.

La capacitación de los docentes y autoridades educativas es fundamental para contribuir a solucionar el problema de violencia que ocurre al interior de las escuelas, denominado acoso escolar o bullying. La capacitación incluye la impartición de pláticas para fomentar entre los menores el cumplimiento de sus obligaciones, contribuyendo a la formación de ciudadanos responsables y partícipes en el mejoramiento de la sociedad. También se reconoce la conveniencia de incluir a los padres de familia en la búsqueda de acuerdos y soluciones pacíficas a los conflictos que se presenten en las aulas, además de brindar atención especializada a víctimas y agresores.